NEGRO ROCIO (2ª Parte)

En noches de frío 
expande su trampa,
expectro sobre niebla,
ojos entre  llamas.

Buitre sacro saciado
en carroña humana;
deglute y vomita
entrañas moradas.
 
Velo sobre negra alba,
angustia en madrugada;
este negro rocío; ¡Maldito!
¡maldita sea tu estampa!.


Mi paz ataca,
mi vida clava;
prendida en sus redes
mi voz se apaga.


Gimiendo, muriendo,
suspira y clama,
al invicto infinito,
a justicia llama.

Y con último grito,
premonizo sin falta;
este negro rocío... 
donde se posa... ¡mata!




Autor:  Manuel Velasco Fdez.   -   Novbre. 2.011

NEGRO ROCIO (1ª Parte)

Este negro rocío
que me corroe las entrañas,
es picón encendido
quemándome el alma.

Serpiente mortífera
inyectando pozoña,
es chacal hambriento
mordiendo con saña.

Puñal traicionero
clavado en la espalda,
este negro rocío
que me hiere y aplasta.

Sus alas de muerte
me cubren, me ahogan;
inocente paloma,
sin rumbo final.

Volando incauta
en tierra del mal
voy corriendo, sin freno
a su garra fatal.


Oscura sombra, 
compaña siniestra,
este negro rocío
me lleva a su  diestra.


Autor:  Manuel Velasco Fdez.  -  Novbre. 2.011

¡Muévete Pueblo!

¡Rompía, arrasaba..., espumosa, la ola furiosa!
Preguntaba el pueblo... ¿Por qué matas agua?...
La mar respondía:...  Por odio a la masa.

¡Rugía, escupía..., prepotente, el sucio torrente!
Preguntaba el pueblo... ¿Por qué ahogas agua?...
Decía el torrente:...  Por odio a la gente.

¡Bramaba, tronaba..., la negra tormenta!
Preguntaba el pueblo:...  ¿Por qué asustas agua?...
Dijo la tormenta:...  No tengo conciencia.

 ¡El duro granizo partía..., tronchaba cosechas!
Preguntaba el pueblo:...  ¿Por qué arruinas agua?...
El hielo respondía:...  No oigo clemencias.

¡El pueblo lloraba..., plañía, "¿por qué?"!,  gemía...
¿Por qué aguas impías, matais sin medida?...
¿Qué os hace el pueblo que no le dais vida?

¡Estúpido pueblo!... ¡Nada haceis!... (Las aguas decían).
Por eso, arrasamos, escupimos y matamos...
¡¡Nada haceis!!;  Y eso es vuestra ruina... 
 

Reflexión:  Todo pueblo inerme y pasivo ante la injusticia y el desafuero está socabando su propia ruina.


Autor:  Manuel Velasco Fdez.